domingo, 14 de noviembre de 2010

Pacquiao dio una lección de boxeo al valiente Margarito


El peleador filipino Manny Pacquiao hizo una pelea inteligente, usó más la rapidez que el poder de puños, para ganar por decisión unánime al mexicano Antonio Margarito y apoderarse de la corona mundial de peso superwelter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

Pacquiao logró otro hito más en su carrera al vencer a Margarito, un boxeador de más peso y estatura que él, además superó al décimo peleador mexicano en su carrera y se acreditó su octava corona mundial en el mismo número de divisiones desde que ganó la primera en el peso mosca.

El púgil filipino ha sido el único boxeador en la historia con títulos en ocho divisiones distintas: mosca, supergallo, pluma, superpluma, ligero, superligero, welter, y ahora superwelter. En la pelea estelar de la función celebrada en el campo de los Cowboys de Dallas, en Irvington (Texas), Pacquiao se hizo de la corona que avala el CMB con cartulinas de los tres jueces que dejaron unos registros de 120-108, 119-109 y 118-110 puntos, respectivamente.

Pacquiao supo hacer una pelea en corto que le permitió entrar a la guarda de Margarito, para castigarlo desde el principio del combate y durante los 12 episodios a que estaba pactado el encuentro. Aunque la mejor estrategia de el filipino fue la velocidad de piernas para salir de la zona de peligro, y de manos para castigar en el momento oportuno, también dio una muestra de poder, al provocar hemorragia en el rostro de Margarito, quien terminó la pelea con el ojo derecho completamente cerrado y el izquierdo ya le quedaba poca visión.

Incluso parecía que Pacquiao pudo haber ganado por la vía rápida del nocáut, pero espero a la vía de los puntos, como luego iba a confirmar en las primeras declaraciones que ofreció al concluir la pelea. El púgil filipino le dio toda una lección de boxeo a Margarito, aun cuando en el noveno asalto comenzó a sentir los efectos del la gran movilidad que siempre tuvo sobre el cuadrilátero.

Margarito intentó cerrarlo contra las cuerdas y lo que recibió fue una izquierda demoledora que no lo envió a la lona por el gran encaje que tuvo durante toda la pelea. Para Pacquiao, que recientemente fue electo al Congreso de su país, fue uno de los combates más complicados en su carrera debido al mayor peso de Margarito, que fue de casi 20 libras (nueve kilogramos) y mayor alcance que él con sus brazos.

Mientras que Pacquiao mide 1.69 metros, Margarito alcanza el 1.80 metros, y un alcance de 1.85 metros, por 1.70 metros de Pacquiao. Aunque el límite de la pelea fue de 154 libras (69,9 kilogramos), a la hora del combate Margarito subió a las 173 libras, mientras que Pacquiao, con guantes y zapatillas, apenas alcanzó las 153.

Mientras que Margarito intentó hacer una pelea de larga distancia, Pacquiao no entró a su juego y se dedicó a romper la guarda del mexicano y entrar al corto alcance para castigarlo desde el inicio de cada campanada. A media pelea el rostro del mexicano estaba sangrando y Pacquiao seguía siendo certero en su castigo, que alcanzó su máximo punto en el décimo primer episodio, cuando el filipino continuamente volteaba a ver al árbitro Laurence Cole, para ver si éste detenía finalmente la pelea.

"Sinceramente me sorprendí que el árbitro no parase la pelea en el undécimo asalto y al no hacerlo en el último me límite a tomarlo con tranquilidad", señaló Pacquiao. El castigo de Pacquiao fue de 474 golpes por sólo 299 de Margarito.

Pacquiao, de 31 años, tiene récord de 52 victorias, 38 por nocaut, tres derrotas y dos empates, en tanto Margarito posee registro de 38-7, con 27 triunfos antes del límite. Pacquiao sigue consolidándose como el verdugo de los peleadores mexicanos, al superar a diez, aunque a tres de ellos los ha enfrentado varias veces, por lo que llega a 13 combates triunfales contra peleadores aztecas.

La pequeña decepción de la velada fue la asistencia que se registró en el Cowboys Dallas Stadium con 41.734 espectadores, muy por debajo de los 50.000 que asistieron al combate que Pacquiao disputó el pasado marzo contra el ghanés Joshua Clottey.

Los organizadores de la pelea y el promotor Bob Arum tenían la esperanza de haber llegado al menos a los 55.000 espectadores. Inclusive se valoró la posibilidad que se batiese la marca histórica de asistencia para una pelea celebrada en un recinto cubierto en Estados Unidos que estableció el legendario Mohammed Ali en 1978. Ali se enfrentó contra Leon Spinks dentro de la categoría de los pesos pesados en el "Louisian Superdome" ante 63.315 espectadores.

EXTRAIDO DE AS

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