martes, 22 de noviembre de 2011

Tyson-Berbick: 25 años de un viaje interrumpido

Fueron cinco minutos y treinta y cinco segundos. Un relámpago, un trueno en toda regla. Mientras Mills Lane, árbitro de aquel combate, leía la cartilla a los púgiles ("nada de golpes bajos, guys"), Mike Tyson era un péndulo, un león enjaulado, un tipo que mantenía su mirada fija en el rival. Clavada. El de aquella noche se llamaba Trevor Berbick. Cinco minutos y veinticinco segundos después, Berbick ya era historia y Tyson entraba en ella. "¡Y comienza una nueva era en el boxeo!", gritó Barry Tompkins, comentarista en HBO de aquella pelea celebrada en el Hilton de Las Vegas. Comenzaba, es cierto. Qué pena que...
Este 22 de noviembre se cumplen 25 años de aquella noche, del primer título mundial (CMB) conquistado por aquel joven que, glosando a Gil de Biedma, vino a llevarse la vida por delante. Por lo pronto se llevó el primero de sus cinturones de campeón del mundo (CMB, AMB o FIB). Tenía sólo 20 años, lo que le convertía en el campeón de los pesos pesados más joven de la historia, tenía hambre de títulos y en cierto modo de venganza. De vengar incluso a Ali. "Yo sólo pensaba que él (Berbick) no tuvo piedad al darle aquella paliza a Ali. Simplemente pensaba que no tenía que haberlo hecho. Ese hombre, Ali, estaba entonces indefenso. No podía hacer nada", declaró Mike, en alusión al Ali-Berbick del 11-12-1981, en una entrevista concedida en 2010.
Lo cierto es que la historia que ahora contamos hace de Berbick, el pobre Berbick, un eslabón que une a Ali con Tyson. Sólo él y Larry Holmes tuvieron la ¿suerte? de medirse a Ali y Tyson. Pero a un Ali que ya no era Ali y a un Tyson que sí que era Tyson.
Tyson-Berbick: 25 años de un viaje interrumpido
Bahamas. Berbick llegó a ese cruce de caminos cuando saboreaba el título de campeón logrado apenas ocho meses antes al derrotar a Pinklon Thomas por decisión unánime. Tenía 32 años y un palmarés labrado más allá de la mediática victoria ante un Ali viejo y gordo (en Bahamas, en 1981, Muhammad paró la báscula en 107 kilos, tope de su carrera). Pero bastó el primer asalto para que Tyson lo acobardara. Lo arrinconó y sus combinaciones no encontraron respuesta. Nada más comenzar el segundo round, Mike lo tumbó. Berbick aguantó dos minutos más, pero un gancho de izquierda lo llevó de nuevo a la lona. Trató de levantarse, trastabilló hacia la izquierda... y cayó; luego hacia la derecha... y cayó. Deambuló por el ring buscando las cuerdas, el aire que el Terror del Garden le había quitado. Mills Lane lo abrazó y paró la pelea. Muchos de los presentes guardaron la entrada al llegar a casa. Incluso quienes pagaron 600 dólares (la más cara) sabían que había valido la pena.
Aquella noche se iniciaba una aventura apasionante, con rivales y títulos cayendo a la par (James Smith, Pinklon Thomas, Tony Tucker, Tyrrell Biggs, Larry Holmes, Tony Tubbs...) hasta el brusco descarrilamiento con James Buster Douglas en Tokio. Era 1990. Tras aquello, Tyson volvió a ser campeón del mundo ante Frank Bruno, pero un nuevo naufragio, esta vez a manos de Evander Holyfield (le batió dos veces en menos de un año, entre 1996 y 1997), provocó el declive de Mike, quien se perdió por los libros de historia como el agua se pierde por el lavabo.
EXTRAIDO DEL DIARIO AS.

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