miércoles, 9 de noviembre de 2011

MUERE UNA LEYENDA DEL DEPORTE: JOE FRAZIER


MUERE UNA LEYENDA DEL DEPORTE: JOE FRAZIER
El que suscribe tenía solo 9 añitos y cursaba
4º de la entonces E.G.B. cuando su padre, a eso de las cuatro de la mañana de
aquel lunes 8 de marzo de 1971 (madrugada del martes en España) le despertó para
ver juntos una pelea que dejaría para la historia del boxeo el primer y genuino
"Combate del siglo". Sí, lunes, al día siguiente había que ir al colegio, pero
el boxeo estaba tan entroncado en la sociedad española que seguro que no fui el
único de mi edad en levantarme para contemplar, por supuesto en blanco y negro,
aquel choque de superhombres.

Mi padre, partidario de Joe Frazier, que
representaba el "hombre bueno"; el otro, Cassius Clay, como le llamábamos
entonces, un rebelde con causa, pero un extravagante para el "orden" de la
época. Y mereció la pena. No fue el mejor combate de la historia. Pero será por
muchas cosas inolvidable. Duelo de invictos. La prensa española, especialmente
la deportiva, se había tanto con la pelea, que "Mundo Deportivo" llegó a dar el
dato de que "La boca de Clay abierta mide 13 cm. más que la de su rival". Eso es
hilar fino, sí, señor. Y hasta se informaba que ambos púgiles "habían pasado el
domingo en familia". Como leen, el boxeo se seguía como hoy día el fútbol. El
ambiente, en el mítico Madison Square Garden, un espectáculo: se batió el récord
de recaudación con una cifra exacta de 1.352.951 dólares. 18 $ millones por los
miles que lo vieron en cines de Estados Unidos por circuito cerrado. 2,5
millones para cada contendiente. Curiosamente, las teles y radios lo
dieron ¡gratis! Que tomen nota. Frazier era el favorito en las apuestas, quizás
por los tres años de inactividad de Ali. Y aquellos movimientos de cabeza del
"Loco de Louisville" negando ningún dolor cada vez que le atizaba "Smokin"
Frazier aquellas andanadas que debían de tirar hasta a un toro. Y aquel gancho
mítico, perfecto, la esencia de este deporte, fotogénico y telegénico como
ningún otro. Y la victoria del chico bueno, pero ante todo, un gran campeón. Y
el de Philadelphia que se tiró varios meses en hospitales recuperándose de lo
que le repartió el ya exinvicto Muhammad Ali. Así se las gastaban estos dos
fenómenos de la naturaleza. Luego vino en 1974 una segunda edición de esta saga
histórica, el menos brillante de los tres, pero con revancha también a los
puntos para Ali. Y llegó el 1 de octubre de 1975, miércoles, cuando en Manila se
celebró el posiblemente mejor o al menos más dramático combate de pesos pesados
de toda la historia. 300 millones de pesetas para Ali y 120 para Frazier de
bolsas. Una brutal paliza de dos gladiadores que preferían la muerte antes que
perder ese tercer y definitivo choque de estilos, caracteres y modelos de vida.
Acaba el 14º asalto. Ali está asfixiado, "nunca estuve más cerca de la
muerte que esa noche", confesó después, pero en el otro rincón, un hombre con
muchos años de profesión y de amor al boxeo, Eddie Futch, pronunciaba en el oído
de Joe Frazier la célebre frase: "Siéntate, Joe...ya es suficiente, nadie
olvidará nunca lo que hiciste hoy". Probablemente ambos debieron de retirararse
justo después de esa paliza física y moral. Pero el dinero hizo que ambos, sobre
todo Ali, alargaran más de la cuenta sus respetivas carreras. Y,ahora, hace
apenas una semana, salta la noticia de que el hombre que fuera campeón olímpico
en Tokyo boxeando la final con un pulgar roto, tenía un cáncer de hígado.
Incluso, el pasado lunes, "Marca" informaba que Frazier se marchaba a Moscú como
último recurso para curarse. Pero no le dio tiempo. Murió este martes con solo
67 años, los mismos con los que murió el hombre que me levantó de madrugada un 8
de marzo de 1971: mi padre. Nunca le agradeceré lo suficiente que lo hiciera. He
querido glosar la figura del gran campeón universal en la hora de su muerte con
la trilogía de sus combates ante su más acérrimo rival, el que se mofaba
llamándole "Tío Tom" o lo que es lo mismo, servil con los blancos, porque como
reconocía el mismísimo Frazier: "Siempre me recordarán porque fui el
primer hombre que ganó a Muhammad Ali". Y la noticia la han dado hasta en TVE,
cadena de todos que emitía aquellas peleas que marcaron una epoca, y que años
más tarde, le puso cruz y raya a este magnífico deporte para dar motos y más
motos, aunque mueran los pilotos a pares en un mismo año. Qué irónica la vida,
¿verdad? Descansa en paz, Joe

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