Gabriel Campillo (20 victorias, 7 KO, 3 derrotas), desde la retirada del gran Castillejo, se ha convertido en la bandera de este deporte en España. De trato exquisito fuera del ring, dentro es un auténtico portento, capaz de enganchar al aficionado y su límite es aún desconocido.
Lo único que le ha parado ha sido alguna decisión incomprensible de los que dirigen este deporte. Tras conquistar el mundial del semipesado de la AMB, lo perdió en una decisión cuestionada a nivel internacional. La Asociación prometió compensarle, no sólo por aquel combate, sino por su gran nivel. Aún sigue esperando: "Se podían haber mojado más conmigo, pero antes o después llegará la oportunidad y la debo aprovechar".
Entretanto, este viernes la afición española tendrá la oportunidad de verlo en La Cubierta de Leganés (20:30, entradas desde 20 euros) ante el ruso Beloshapkin (9 victorias, 6 derrotas). Casi un año después de su fugaz exhibición en el mismo escenario ante Gonzaga, al que venció en el primer asalto. "Espero que esta vez la afición pueda disfrutar un poco más de mi boxeo", asegura.
Un paso más en su duro camino para ser el mejor boxeador del mundo o, al menos, poder medir su nivel con los mejores. "Si me preguntas un rival, el primero que se me viene a la cabeza es Hopkins", comenta el púgil. Sería un sueño, tanto para él como para el boxeo español. Mientras tanto, él trabaja para merecerlo: "Mi momento tiene que llegar". Si hay justicia y algo de suerte, nadie duda de ello.
EXTRAIDO DEL DIARIO AS
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