LOS ANGELES -- No se si Oscar de la Hoya se emocionó en el momento o
lo dijo en serio. Pero, como muchos de nosotros, fue inspirado por la increíble
historia de Dewey Bozella.
Bozella, como ya saben, es el hombre de 52 años de edad que pasó 26 años en
prisión por un homicidio que no cometió. Fue dejado en libertad en el 2009 y su
sueño era hacer una pelea profesional si alguna vez salía de la cárcel.
La promotora Golden Boy de De la Hoya fue instrumental en ayudar a Bozella a
conseguir una licencia para pelear de la Comisión Atlética del Estado de
California, y lo apoyó mientras se preparaba para su debut en el campo de
entrenamiento de Bernard Hopkins.
Luego de la victoria de Bozella por decisión unánime en cuatro rounds el
sábado a la noche enl cartelera de Hopkins-Chad Dawson en el Staples
Center, De la Hoya escribió en su cuenta de Twitter, "¡Bozella ganó y me ha
inspirado a regresar!"
De la Hoya tiene 38 años de edad. Se retiró luego de ser destrozado por el
mucho más chico Manny Pacquiao en ocho brutales rounds en diciembre del
2008. Fue el final de una marca de 3-4 en sus últimas siete peleas, período en
el cual fue declinando poco a poco. De la Hoya admitió recientemente que estaba
"terminado" cuando peleó ante Floyd Mayweather Jr. en el 2007.
También recientemente, De a Hoya explicó que ha tenido problemas de adicción
a las drogas y al alcohol. Dijo que eso probablemente le quitó unos buenos
cuatro años de su carrera.
Pero el punto es que, inspirado o no, De la Hoya está terminado. Por más
grande que haya sido durante su días como la mayor estrella del boxeo, lo último
que este deporte necesita es un ex gran campeón, pero ya terminado peleador,
regresar al ring para ser lastimado. Y eso no sería bueno para De la Hoya.
Quizás De la Hoya no recuerda todas las veces -- y fueron muchas -- que
prometió que una vez que se retirara, quedaría retirado. Se esforzó en decir --
una y otra vez -- que no quería ser como Sugar Ray Leonard, que parecía
retirarse y regresar todo el tiempo.
De la Hoya no fue el único en mostrar interés en su regreso. El presidente de
Golden Boy Richard Schaefer, amigo cercano de De la Hoya y socio en la
promotora, me dijo luego de la pelea de Hopkins-Dawson el sábado, que De la Hoya
también le había dicho que quería volver.
"No se, pero creo que podría [regresar]", dijo Schaefer. Le sugerí a Schaefer
que eso podría no ser una buena idea. Su respuesta fue, "recuerda que el deporte
es entretenimiento, y cuando se habla de entretenimiento, Oscar es el número
uno. No hay duda de eso. Hay muchas otras personas en el boxeo que francamente
deberían retirarse antes que Oscar -- desde promotores, árbitros y jueces. Si
Oscar realmente quiere [volver] y se entrega el 1,000 por ciento a la meta,
todavía puede vencer a cualquiera. De verdad creo eso con todo mi corazón".
Yo entiendo a Schaefer. Y puedo entender el deseo de De la Hoya. Todavía es
un tipo joven a los 38 y tiene que decidir que quiere hacer con el resto de su
vida además de ser la cara de su compañía promocional. Además, Golden Boy
Promotions podría usar los millones de dólares que una pelea de De la Hoya
podría generar. La compañía no tiene ninguna estrella de pay-per-view en su
establo.
Pero, como Bozella lo dijo tras su victoria explicando que esa era su primera
y última pelea, el boxeo es "un deporte para gente joven".
De la Hoya, a los 38, es un hombre joven en la vida. En años de boxeo, sin
embargo, es un tipo viejo, uno que ojalá, piense dos veces antes de
regresar.
ESCRITO POR Dan Rafael
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