lunes, 11 de junio de 2012

Tim Bradley destronó a Pacquiao injustamente

Una surrealista decisión dividida deja al filipino sin título. Manny Pacquiao perdió el título de campeón mundial del peso welter (Organización Mundial) frente a Tim Bradley. Con un veredicto surrealista, entre abucheos del MGM de Las Vegas y lluvia de tuits reprobatorios contra la decisión dividida de los jueces: 115-113 de Duane Ford y C. J. Ross para el estadounidense y 113-115 de Jerry Roth para el filipino, que sufrió la primera derrota en siete años y la cuarta de una carrera que incluye títulos en ocho divisiones, en sesenta combates. "La gente sabe que gané, pero respeto la decisión", valoró el mejor libra por libra de los últimos tiempos, que no tuvo la contundencia necesaria para resolver en los seis primeros asaltos, en los que dominó ampliamente e hizo tambalearse a la Tormenta del Desierto con su poderosa izquierda. El parlamentario filipino, que había avisado del giro que imprimió a su vida -de la tentación de la noche al camino recto de la Biblia- dio gracias a Dios porque ninguno de los dos hubiera sufrido daño. Él aparecía inmaculado, sin ningún rasguño debido al ínfimo castigo que recibió. A partir de ese sexto round, Bradley, que subía del superligero y sigue invicto tras 29 episodios, pudo anotarse tres asaltos máximo. Nunca los suficientes para llevarse el duelo. Pacquiao probó la amarga medicina que recibió Juan Manuel Márquez en noviembre pasado, cuando debió obtener un nulo o ganar ante PacMan. Pero hasta el mexicano se preguntó ayer "¿qué pelea han visto los jueces?". "Nunca me ha avergonzado tanto este deporte", se quejó Bob Arum, promotor de ambos púgiles. La revancha ya está lista (10 de noviembre), pero con un Manny Pacquiao menos letal, con las espaldas cubiertas a sus 33 años, obsesionado con la Biblia y que dejó dudas aun ganando. ¿La llama de la leyenda se apaga? Compubox es una web fiable que ofrece estadísticas de las grandes veladas. En ella Pacquiao sale vencedor en todos los apartados y con notables difererencias. ESCRITO POR Jesús Mínguez

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