lunes, 4 de febrero de 2013

Nieto y Rasilla, mucho más que un campeonato de España‏

El peso superligero es, hoy por hoy uno de los mas interesantes a nivel mundial, hecho sustentado por la presencia de grandes nombres Juan Manuel Marquez y Pacquiao (pese a sus escarceos en las 147 lb), Brandon Rios, Mathysse, Danny Garcia y en Europa estan entre otro Shafikov, Amir Khan o el ruso Allakhverdiev que recientemente dio un repaso al invicto Joan Guzman sorprendiendo en USA. En España por el momento lejos de ese nivel, coinciden dos superligeros de buenas características, apoyados por esquinas responsables, pero, con una conciencia deportiva e integridad que les empujó a brindarnos el duelo que la afición pedía de un tiempo a esta parte. Ayer en Madrid fuí testigo de un campeonato de España pero bien podía ser un Europeo, Tanto Daniel Rasilla como Ruben Nieto, están a ese nivel. Solo los contubernios Italobritanicos del EBU pueden alejar a ambos del cinturón del viejo continente. En el Palacio de los Deportes, incomparable marco sede, recuperado para el pugilismo, otrora testigo de grandes combates con insignes protagonistas como Legrá, Julio Cesar Chavez o Pernell Whitaker entre otros, solo cabría esperar una noche a la altura. Así fue, Rasilla y Nieto hicieron vibrar a los allí presentes, el de Torrejón encimó incansablemente a un Rasilla que no pudo sacar ventaja de su mayor alcance a pesar de sus depurados desplazamientos. Ruben es un púgil capaz que cerrar el ring hasta convertirlo en una caja de cerillas y ahí fue donde sus manos pesaron sobre la humanidad del Cántabro, que a pesar de caer, siempre supo levantarse para tirar una mano mas, mientras el agradecido publico jaleaba el gran espectáculo ofrecido. Al final las cartulinas se tintaron de sentido común y Nieto celebró un merecido campeonato que vale mucho mas gracias a el enorme boxeador que tuvo enfrente. Espero algún día nos brinden un segundo combate, quien sabe quizás, esperemos, con un cinturón foráneo en juego. El lunes Rubén “salsero” Nieto volverá a su trabajo, su otro trabajo, el que da de comer a los suyos, lejos del gimnasio el chofer madrileño tendrá una sonrisa, sus manos se aferran al volante y su mente a un sueño. Por Luis Peñate EXTRAIDO DE SOLOBOXEO.

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